Lady Bird

Directora: Greta Gerwig

Guión: Greta Gerwig

Año: 2017

País: EE.UU.

Duración: 94 minutos

Elenco: Saoirse Ronan, Laurie Metcalf, Beanie Feldstein, Tracy Letts, Lucas Hedges, Timothée Chalamet

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Lady Bird está en plena adolescencia, a punto de salir del colegio y en el proceso de decidir qué quiere hacer con su vida, todo esto mientras se esfuerza por crear experiencias nuevas y se cuestiona su identidad y los lazos que mantiene con su familia y su ciudad.

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Hay pocas películas que me hacen reír y llorar al mismo tiempo, esta es una de esas. Es el equilibrio perfecto entre comedia y drama, por un lado una comedia tan cotidiana y simple que toca la fibra de la nostalgia y por otro lado un drama basado en dinámicas familiares y autodescubrimiento con el que es melancólicamente fácil relacionarse.

Aunque pienso que es una película que cualquier persona puede disfrutar, creo que le tengo un especial cariño porque me trae recuerdos de infancia. Crecí en una ciudad con paisajes de postal en la que no pasaba nada, estudié en un colegio católico en el que intenté encajar una y otra vez, y siempre quise salir del mundo que me rodeaba sintiendo que era la única forma de comenzar a vivir. Mi adolescencia no fue como la de Lady Bird, mi personalidad era más como la de su mejor amiga Julie, pero me puedo relacionar con la atmósfera de su entorno. Recuerdo sentarme a comer hostias con mi mejor amiga mientras nos reíamos de cualquier cosa, no tuve monjas pero si profesoras obsesionadas con el cumplimiento de las reglas, y aunque mi colegio era mixto, recuerdo esa curiosidad e ignorancia absoluta con respecto a la sexualidad, propia de la adolescencia y el control religioso desmedido.

Christine “Lady Bird” McPherson es una adolescente de Sacramento ― al norte de California, capital estatal ― con un deseo inquieto por vivir, y a sus diecisiete años siente que las decisiones que tomará en ese minuto de su vida dictarán su futuro y serán determinantes para que logre encontrar ese camino que tanto busca o se quede estancada para siempre. Ya tomó la decisión de darse a sí misma un nuevo nombre, y ahora va a explorar en el amor y la amistad, va a cuestionar irreverentemente a su entorno y va a soñar con salir de su ciudad y con expandir sus horizontes. Lady Bird asiste a un colegio católico de mujeres, participa del teatro escolar con su mejor amiga y no se destaca por tener buenas notas, lo que le dificulta la búsqueda por una beca universitaria, al menos en las universidades de Nueva York que tiene en la mira. Vive con su familia en una casa modesta de clase media, su amiga Julie vive en un pequeño departamento con su mamá, pero ambas sueñan con vivir en una de las grandes, imponentes y clásicas casas del barrio alto.

Todo lo que ocurre en la película está muy bien pensado y planteado para entrar en la trama principal: el viaje de crecimiento, autovaloración y valoración de su entorno de esta adolescente, en relación y contraste con el viaje de crecimiento de su madre hacia aprender a aceptar y soltar. Por supuesto que Lady Bird es la protagonista y será el eje alrededor del que girará cada situación, pero su madre es el símbolo de su lucha interna por ser otra persona y tener otra vida. La relación entre madre e hija y la relación de Lady Bird con su ciudad, es la representación de ese hogar que la adolescente siente como su principal antagonista, va a buscar libertad en el concepto de dejar atrás, confundiendo, en su afán por escapar, sus propios sentimientos hacia lo que tiene.

Greta Gerwig escribió y dirigió ésta, su primera película. Ha dicho que empezó a escribirla pensando en su propia experiencia o al menos en la verdad emocional de su experiencia ― aunque la personalidad del personaje principal está lejos de la suya en su adolescencia ― y que a medida que fue tejiendo la historia ésta comenzó a tomar vida propia. Greta creció en Sacramento, asistió a un colegio católico de mujeres, participó del taller de teatro y sintió las ganas de salir a buscar su vida. Sabe de lo que está hablando y se nota. Cada linea de su guión no solo es original y graciosa, si no que es una verdad en sí misma. Podríamos abordar el análisis de la película desde las relaciones de amistad y esa etapa en que se separan los caminos, desde el primer amor y las primeras decepciones, desde los privilegios y diferencias económicas/sociales y cómo eso forma la mente de una adolescente, desde las dinámicas de una madre y su hija viviendo un proceso de valoración mutua y desapego, y aunque esta última me parece la más memorable, el guión se hace cargo de manera hermosa y respetuosa de cada una de las temáticas que aborda, sin caer en clichés y dejándonos ver situaciones absolutamente realistas a pesar de estar enfocadas en una familia y ciudad específicas.

El desarrollo de los personajes es profundo y cuidadosamente narrado, cada una de las personalidades es particular e interesante, y se nota el trabajo que hay detrás de sus historias. Vi una entrevista en que le preguntaban a Greta y el elenco de actrices y actores si es que habrá una segunda parte de Lady Bird, a lo que la creadora responde que de haber una continuación tendría que ser sobre la historia de alguno de los personajes secundarios, ya que sus vidas han sido escritas en complejidad y dan para desarrollar universos propios. Esta particularidad también aporta a la sensación de “esto podría ser mi historia” que deja la película, ya que entiende que la vida real está compuesta de un colectivo de experiencias en torno a lo mismo. El guión original que escribió Greta contaba con algo así como 350 páginas que terminaron reducidas a 120 más o menos, y probablemente de ahí viene que cada personaje sea tan perfecto. A esto se suma las actuaciones brillantes de cada una de las actrices y actores que conforman el elenco.

Considero que Greta Gerwig es una de las grandes narradoras de su generación, me llena el corazón con amor por lo que hago y me impulsa a seguir persiguiendo mis sueños en la escritura y el cine. Amo que en su película suene Alanis Morissette y Dave Matthews Band y que se sienta como un viaje a los 90’s/00’s. La cinematografía ― a cargo de Sam Levy ― es otro punto a favor, otorga naturalidad y honestidad a la historia y logra que se sienta como un recuerdo, como escarbar en la memoria y el imaginario de una Lady Bird adulta contando su experiencia.

“Lady Bird” estuvo nominada a 5 premios de la Academia en la ceremonia número 90, del año 2018: mejor película, mejor directora, mejor guión original, mejor actriz (para Saoirse Ronan) y mejor actriz en un rol secundario (para Laurie Metcalf).

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¿Por qué te la recomiendo? Te la recomiendo porque es una de esas películas que puedes ver 100 veces y siempre va a lograr emocionarte, y porque, por todo lo que ya está escrito, me parece una obra maestra digna de atención.

¿Dónde puedes verla? Está disponible en Amazon (prime video) y ahí la vi gracias a mi amigo Pablo. Por otro lado, y aunque creo que ya la sacaron, la vi por primera vez en Netflix desde Chile. Como siempre también puedes arrendarla en Apple TV.