Lost in Translation
Directora: Sofia Coppola
Guión: Sofia Coppola
Año: 2003
País: EE.UU.
Duración: 102 minutos
Elenco: Scarlett Johansson, Bill Murray, Akiko Takeshita, Giovani Ribisi, Anna Faris
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La vida de dos personas se entrelaza en un hotel de Tokio, mientras ambos deambulan queriendo sentirse conectados.
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Sofia Coppola nació en Nueva York y creció al otro lado del país, en California. El cine siempre ha sido parte de su vida, primero fue actriz, desde muy pequeña apareció en películas y videos musicales, y casi llegando a los 30 tuvo su debut como directora y guionista de largometraje con la película “The Virgin Suicides” (1999). Puede que te suene el apellido de algún otro lado, y sí, es hija de los cineastas Francis Ford Coppola (“The Godfather”, “Apocalypse Now”, entre otras) y Eleanor Coppola (“Hearts of Darkness: A Filmmaker’s Apocalypse”, “Paris can wait”, entre otras). Venir de una familia tan notable en el mundo del cine ha sido una marca importante en el desarrollo de su carrera, por un lado es un privilegio tremendo tener acceso y cercanía a la experiencia de hacer cine ― más allá de la carga genética que evidentemente está ahí ― y por otro lado ha sido también el cristal a través del que se juzga su desempeño y excelencia.
“The Virgin Suicides” ― guión adaptado del libro de Jeffrey Eugenides de 1993 ― es una peliculaza. Me acuerdo que la vi muy chica, probablemente con mi hermana, y aunque en esos años no entendí mucho la trama, me obsesionó su estética desaturada, noventera y melancólica. El 2003 se estrenó “Lost in Translation” y pasó desapercibida en mi vida, no conecté ambas películas y no le di mucha atención hasta que vi la ceremonia número 76 de los Oscar en el 2004.
Con “Lost in Translation”, Sofia Coppola fue la tercera mujer en estar nominada para un Oscar como mejor directora, después de Lina Wertmüller (Italia) y Jane Campion (Nueva Zelanda). Estuvo nominada también a la categoría de mejor película y mejor guión original, este último lo ganó. Aparte de los Oscar, ha recibido muchos otros reconocimientos por su rol en el cine. Por nombrar algunos importantes: fue la primera mujer estadounidense, y la cuarta persona de su nacionalidad, en ganar un Leon de Oro en el Festival Internacional de Venecia el año 2010, por su película “Somewhere”; y fue la segunda mujer, y la primera mujer estadounidense, en ganar el premio a Mejor Directora en el Festival de Cine de Cannes por su película “The Beguiled” en el año 2017.
La adolescencia es una etapa difícil de la vida, especialmente cuando eres mujer. La sociedad, desde los inicios de la historia y aun hoy, nos impone que al dejar de ser niñas debemos comenzar una carrera incansable hacia encontrar nuestro rol. Seremos esposas, seremos madres, o nos dedicaremos a luchar por ser algo más que eso, tal vez simplemente diferente a eso, en un mundo que nos pondrá constantes barreras para lograrlo. Con nuestra primera menstruación nuestros cuerpos cambian y se dice que empieza la cuenta regresiva. Pero esa no es la realidad, no hay cuenta regresiva, seguimos siendo niñas, entramos a la adolescencia desde la confusión y no es raro que nos cueste salir de ese estado mental de constante cuestionamiento y comparación.
Las películas de Sofia Coppola se centran en la atmósfera de ese momento, y explora los procesos de mujeres buscando respuestas, enfrentadas a distintas situaciones que las presionan a tomar decisiones. También es usual en sus películas, los personajes masculinos complementarios que se mueven con la trama y normalmente son espectadores y participantes en los eventos que estructuran la historia, a veces incluso narradores.
En “Lost in Translation” Charlotte es una mujer en el inicio de sus veintes, graduada de filosofía y casada hace dos años con un fotógrafo exitoso, a quien acompaña en sus viajes de trabajo. En esta ocasión les tocó estar en Tokio, capital de Japón, y Charlotte se pasa los días tratando de conectar pasivamente con la cultura y encontrar algo que la mueva y le recuerde quien es y quien quiere ser.
Bob Harris es un actor en decadencia y un hombre en decadencia, está perdido y tratando de alejarse para evadir su realidad. Viaja a Tokio para grabar un comercial de whisky y escapar de su familia.
Ambos se quedan en el mismo hotel y después de verse por primera vez en un ascensor lleno de gente, se encuentran en el bar en una noche de jet lag e insomnio. Charlotte y Bob descubren en el otro un espejo que promete respuestas a las preguntas que los abruman, sienten amor por empatía. Son ajenos en un país ajeno, con un idioma ajeno y una cultura diferente, lo que es una excusa perfecta para sentirse alienado, pero la realidad es que están perdidos de sí mismos y estar al otro lado del mundo tal vez les de el tiempo de encontrarse.
La narrativa visual de Sofia Coppola es la representación espacial de quiénes son y qué sienten las mujeres que protagonizan sus películas. “Lost in Translation” vive en una atmósfera fría y nostálgica, al interior de un hotel que podría estar en cualquier parte del mundo, pero con grandes ventanas que enmarcan la inmensidad de la gran ciudad y le otorgan a los personajes una visión lejana de lo que les rodea, enfatizando la idea de desconexión. Tokio tiene un ritmo particular, es una capital activa, llena de cosas que ver y hacer. Charlotte camina las calles tratando de sentir ese ritmo, intenta ubicarse en el plano del metro, visita un monasterio y cuelga en su pieza de hotel flores de cerezo hechas de papel.
La música también juega un rol fundamental. Muy indie, muy alternativa, muy de amor no correspondido. Me deja un estado introspectivo y acompaña muy bien a la historia en su pasividad.
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¿Por qué te la recomiendo? Te la recomiendo porque es una historia con la que es fácil relacionarse, con personajes bien construidos y una trama profunda y reflexiva. Es visualmente hermosa y vibra entre el amor y el desamor en un equilibrio perfecto.
¿Dónde puedes verla? Esta vez la vi en Netflix. También está disponible en Amazon Prime en algunos países, y si quieres puedes arrendarla en Apple TV.
Sofia Coppola recibiendo el Oscar por Mejor Guión Original (2004)