Moulin Rouge!
Director: Baz Luhrmann
Guión: Baz Luhrmann y Craig Pearce
Año: 2001
País: Australia, EE.UU.
Duración: 128 minutos
Elenco: Nicole Kidman, Ewan McGregor, Jim Broadbent, Richard Roxburgh, John Leguizamo, Caroline O’Connor, Kerry Walker
Música: Craig Armstrong
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En 1899, un escritor recién llegado a Paris se enamora de una cortesana del Moulin Rouge y trata de convencerla de dejar todo lo que la ata para vivir con él una historia de amor profundo y verdadero.
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No voy a mentir ni tratar de esconderlo, “Moulin Rouge!” es fácilmente una de mis películas favoritas de todos los géneros y de toda la historia del cine. La vi cuando era muy chica, probablemente justo cuando salió ― es decir, a los 10 años ― y me volví loca para siempre con cada pequeño detalle, cada canción, Ewan McGregor, Nicole Kidman, el tango de Roxanne, etc.
¿Quién en esa época no se sabía de memoria el cover de “Lady Marmalade” de Mya, Pink, Lil’ Kim y Christina Aguilera? Pues yo sí. Con mi hermana nos compramos el cd del soundtrack de la película, nos aprendimos las coreografías y hasta el día de hoy me sé de memoria todas las canciones y de vez en cuando me despierto cantándolas. De echo, esta semana ver esta película para hacer esta reseña ha sido un regalo de la diosa de los musicales.
“Moulin Rouge!”, con el signo de exclamación, trajo de vuelta los musicales con una nueva perspectiva del siglo XXI, y quien mejor para hacerlo que Baz Luhrmann. El director australiano se enfrentó a un desafío tremendo, y en contra de todas las predicciones logró, junto a su tremendo equipo de artistas, crear una obra maestra que marcó un antes y un después en la historia del cine musical.
La película cuenta la historia de Christian, un escritor que llega a vivir a Paris en 1899, específicamente al barrio bohemio de Montmartre, buscando inspiración y amor. Ahí conoce al famoso pintor Toulouse-Lautrec y a un grupo de sus amigos artistas, quienes buscan montar una obra para ser presentada en el Moulin Rouge. Christian es un hombre simple, talentoso y atractivo, por lo que es elegido para persuadir a Satine ― la principal estrella del cabaret ― de que convenza a su jefe Harold Zidler con el objetivo de que se involucren en la obra y la transformen en un show estelar. Por otro lado, Harold ha encontrado a un inversionista con el que podría transformar su club en un gran teatro y ofrece a Satine como moneda de cambio, prometiéndole a la joven mujer que si todo funciona bien ella se convertirá en una actriz “de verdad” y vivirá una vida de fama y lujos. Por supuesto que nada ocurre como se supone que iba a ocurrir, Christian y Satine se enamoran perdidamente, pero Satine le pertenece al duque ― el inversionista ― y le pertenece también a Harold Zidler y al Moulin Rouge.
“Moulin Rouge!” es un love child de las dos primeras películas de Baz Luhrmann. Por un lado toma la temática del baile, la música y el espectáculo de “Strictly Ballroom” (1992) y la lleva a su máxima expresión; y por otro lado vuelve a navegar en la tragedia de “Romeo + Juliet” (1996) y nos deslumbra con una clásica y desgarradora historia de amor imposible. Cuenta el director que cuando empezó a pensar el guión, junto a Craig Pearce, su primera intensión fue trabajar sobre el mito de Orfeo y Eurídice. Orfeo, quien enamora y hechiza con su voz y su música, baja al inframundo a buscar a su amada Eurídice, salvarla y traerla de vuelta al mundo de los vivos, tal como Christian lo intenta hacer con Satine. Por otro lado, también era fundamental crear una historia basada en el viaje desde el el optimismo e idealismo de la juventud al golpe de realidad que llega con ese momento en que descubres que hay eventos en la vida que escapan de tu control y te marcan para siempre.
Baz Luhrmann siempre tuvo y ha tenido un amor especial por la música y el cine, por lo que crear un musical fue simplemente consecuente con su historia como artista. Se rodeó de personas talentosas y creativas con las que “Moulin Rouge!” cobró vida, desde los vestuarios de época hasta la innovadora edición de sonido, pasando por las coreografías elaboradas y la fotografía mágica.
El equipo entero se encerró en una casa durante cuatro meses, antes de comenzar con la grabación, en los que se ensayó cada detalle y se preparó al elenco para cantar, bailar y actuar al mismo tiempo. La película se grabó en los estudios de Fox en Sidney (actualmente los estudios de Disney) ― lugar en el que se armó todo el universo fantástico basado en Montmartre de finales del siglo XIX ― y no estuvo exenta de problemas. Nicole Kidman se rompió dos veces las costillas, una vez mientras bailaba y otra vez a consecuencia de lo ajustado de su corset, y se desgarró el cartílago de la rodilla también bailando en una de las escenas más icónicas, por lo que incluso grabó algunas líneas desde una silla de ruedas con la pierna en alto. El padre de Baz Luhrmann falleció al tiempo que se iniciaba la grabación, el director se dió tiempo de luto y se replanteó todo, pero las fuerzas para continuar con el proyecto renacieron de la promesa de sacar adelante la película, la que adquirió un significado aún más profundo.
Una de las características más llamativas de la película, y una de las razones por la que ha sido una reinvención tan apreciada del género, es el tratamiento de la música, a cargo del compositor Craig Armstrong. Consiste principalmente en un misceláneo de canciones, piezas y estilos clásicos que unidos crean algo totalmente nuevo y al mismo tiempo mantienen la cuota de nostalgia y tributo a los grandes musicales de la historia del cine. Es un mundo a explorar. David Bowie, Beck, Bono, Fat Boy Slim, Kylie Minogue y Ozzy Osbourne son algunos de los músicos que colaboraron en armar el soundtrack de la película. Dejó el link más abajo.
Otra característica llamativa, y la más premiada de todas, es el diseño de vestuario. Catherine Martin ― quien también es la esposa de Baz Luhrmann, y ha trabajado con él en todas sus películas, desde “Strictly Ballroom” (1992) hasta “Elvis” (2022) ― fue la Directora de Producción y Diseñadora de Vestuario. Se lució con cómo logró capturar la esencia del mundo del can can parisino y al mismo tiempo la transformó en algo contemporáneo que se popularizó inmediatamente. Todas las pre adolescentes y adolescentes de los 2000 queríamos nuestro corset.
“Moulin Rouge!” marcó la etapa del fin de mi niñez y el inicio de mi juventud, de mi primavera. La película abrió mi mente a un mundo absolutamente nuevo y jamás explorado, dominado por la música y el amor. Volví a sentirme artista y abracé mi dispersión de querer hacer todo a la vez: cantar, bailar, actuar, amar. Me encanta haber tenido esa experiencia, estar recordándola hoy y sentir que volvió a mi vida con el tiempo. Soy y seré una bohemia revolucionaria para siempre.
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¿Por qué te la recomiendo? Te la recomiendo porque es algo que nunca antes has visto. Un placer para los sentidos y una historia simple con personajes que encantan desde el primer minuto. También te la recomiendo porque es un viaje a principios de siglo y si eres millennial, como yo, seguro alguna canción va a resonar en tus recuerdos.
¿Dónde puedes verla? Está disponible en Disney+ o Star+, dependiendo del país.
Soundtrack oficial de “Moulin Rouge!” (2001) en Spotify